miércoles, 21 de septiembre de 2022

La propuesta del Dr. Luis Almagro.

 



Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp

         

He leído con mucha atención la propuesta concreta del Dr. Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (Infobae. Venezuela o continuación de la nada), para tratar de captar apropiadamente la vía que él supone pudiera ser una salida concreta al gravísimo problema político, social y económico que vive Venezuela. Aunque ha sido tradicionalmente criticado porque  en sus declaraciones aborda temas internos en principio,  no es menos cierto que le es dado analizar la situación política de los países miembros, porque es ella precisamente el tema central considerado en los convenios y acuerdos multilaterales, cuyos objetivos finales son la convivencia pacífica, la mutua comprensión y respeto por la soberanía de cada país. La Carta de la OEA prevé que la democracia representativa es condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región, por lo que debe ser a todo evento considerada.

Me parece entender que la idea central del Dr. Almagro es el establecimiento de un sistema colegiado de gobierno en Venezuela, a semejanza del suizo con algunas instituciones tomadas de la Constitución Uruguaya de 1952.  Es de advertir que en Suiza rige un gobierno federal democrático parlamentario. Allí no existe Presidente ni Primer Ministro, sino un Consejo Federal integrado por siete miembros, aunque cualquier asunto puede ser sometido a consulta referendaria, cuyo resultado es de obligatoria aceptación.

Conforme a la Constitución Uruguaya de 1952, el Poder Ejecutivo era ejercido por un Consejo Nacional de Gobierno integrado por nueve miembros, cuya presidencia era rotativa por períodos anuales. Evidentemente que la decisiones eran sumamente lentas por lo que fracasó dando pie a la Constitución de 1967 y sus posteriores reformas, con un Presidente de la República electo por cinco años.

Considero inaplicable la propuesta del Dr. Almagro. La CN1999 es muy clara, nosotros tenemos un sistema fundamentado en la existencia de cinco poderes públicos, estando a la cabeza del Ejecutivo un Presidente de la República. No podemos reformar la Constitución en emergencia por muy grandes que sean nuestros problemas, porque ella está concebida precisamente para resolverlos, no para dejarse rebozar por las dificultades, bien coyunturales bien sistémicas que puedan presentarse. Obviamente muchas de las disposiciones e instituciones vigentes requieren revisión y reforma, pero debidamente meditadas, discutidas y votadas en referendo nacional.

Es fundamental que la solución a los enormes conflictos que  aquejan y amenazan la democracia en Venezuela, pase por el respeto a la CN1999. Algunas publicaciones norteamericanas, siguiendo una vieja tradición, actualizan el listado de los diez mejores jueces de la nación a lo largo de su historia e invariablemente encabeza el magistrado John Marshall, porque fundó todas sus sentencias en la estricta interpretación de la Ley Suprema, la cual tomaba como cimiento jurídico suficientemente sólido para edificar “una nación fuerte, dotada de la autoridad necesaria para ser  gobernada con eficacia”.

Comparto plenamente la apreciación del Dr. Almago, cuando dice  “nunca he conocido un país en el que tanta gente quiere ser presidente del mismo”, pero obviamente rechazo la conclusión de elaborar un esquema para “compartir el poder desde su base, capaz de asegurar participación efectiva del chavismo y del madurismo, de la gente de Guaidó y otros actores”.

Creo que nuestro mayor problema es la posibilidad de anarquizarnos, porque el pueblo ha estado tan atosigado por la cantidad de “gentes que quieren ser presidentes”, sin que le presenten soluciones  comprobadamente ejecutables, que prefieren  abstenerse, situación que se mantendrá hasta que sus necesidades se hagan de tal manera insoportables que les obligue a recurrir a la utilización de la fuerza como forma de sobrevivencia.

El primer paso, si de verdad queremos rescatar el país del fracasado socialismo, es que ese listado de “presidenciables” declinen, para piadosamente utilizar un término que refleje que alguna vez lo fueron. Un segundo paso, es que tales presidenciables, con las organizaciones intermedias de la sociedad civil, elaboren una propuesta para solucionar los problemas que estamos viviendo, en parte por razones autóctonas agravadas por los veinte años de socialismo y en parte por la situación que atraviesa el mundo entero. De la elaboración de ese programa – proyecto, surgirá con toda seguridad un venezolano (a) capaz de abanderarlo. Este segundo paso, una vez cumplido, resolverá automáticamente el problema mayor que hoy tenemos, como dijimos, la posibilidad de la anarquía por ocurrencia de la abstención. Tenemos tiempo de hacer todo. Dios bendiga a Venezuela.

jesusjimenezperaza@gmail.com

21/09/2022.

 

 

1 comentario:

  1. Razonado análisis. Sobre el punto tratado, sin duda, no se ha escrito la última palabra. Gracias por el envio

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